La intención de los clubes de fútbol más poderosos del mundo está herida de muerte. Solo dos días después del anuncio, los 6 poderosos clubes ingleses se arrepintieron de formar la Superliga de 15 equipos de primer nivel, por fuera de los mandatos de la UEFA y la FIFA.
El Manchester City, de Guardiola fue el primer en retirarse, lo siguieron Chelsea, Liverpool, Tottenham, Arsenal y Machester United.
Para los entendidos, sin los seis clubes ingleses, la mitad de los socios fundadores, la Superliga está liquidada.
Ahora solo quedan seis equipos, tres españoles y tres italianos, pero, inclusive, en Italia se informa que Milan también renunciará a la llamada Superliga de los ricos y tanto Barcelona como Atlético de Madrid anuncian que consultarán a sus socios.
La presión de los hinchas, inclusive con manifestaciones callejeras, las críticas de la prensa mundial, las advertencias de importantes líderes políticos como el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, y las sanciones anunciadas por la UEFA y la FIFA hieren de muerte el proyecto liderado por Florentino Pérez, presidente del Real Madrid.
Patéticamente, la Superliga terminaría en los tribunales, puesto que su presidente Florentino Pérez ha reaccionado amenazando con demandas por supuestos contratos de derechos ya firmados por los doce fundadores.
