Según el Ministerio de Minas y Energía, a través del Servicio Geológico Colombiano, los recientes cambios en el comportamiento de la actividad volcánica, durante las últimas semanas, ha presentado una disminución paulatina en varios de los parámetros monitoreados.
El volcán estaba en nivel Naranja desde el pasado 30 de marzo.
Hoy día, el comportamiento del volcán ha retornado a un nivel de menor inestabilidad y que ha disminuido la probabilidad de ocurrencia de una erupción de magnitud considerable en términos de días o semanas y, por ese motivo se declara el nivel amarillo.
Además, se detectó un descenso paulatino en la sismicidad relacionada con el fracturamiento de roca al interior de la estructura volcánica. La localización de los eventos sísmicos es variable y dispersa alrededor del cráter. Actualmente, el registro de sismos de baja energía en el cráter Arenas -relacionados con la actividad sísmica asociada a la protuberancia o domo de lava existente en el fondo del cráter- es ocasional.
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