Hace 6 meses es imposible pensar en una ciudad que retomara su verdadera normalidad, la de siempre, y no aquella ´ nueva normalidad´ que el resto del mundo ha tenido que asumir.
Wuhan, ubicada en pleno corazón de China, y donde viven 11 millones de personas, era una ciudad fantasma y presa del miedo a comienzos de este año. Un virus letal se propagó como espuma por el planeta entero y sus habitantes fueron los primeros en sufrirlo.
Hoy todo es diferente. Los más jóvenes disfrutan de fiestas tecno donde asisten decenas de personas, en las calles la gente se aglomera en las ventas de comida y ya muy pocos siguen usando el tapabocas, mientras en otros países sigue siendo de uso obligatorio.
Con todo y la normalidad que parece haber regresado, las autoridades wahaneses mantienen las restricciones en varios sectores de la economía, principalmente en el mercado de productos frescos, que fuera considerado uno de los focos de infección.
Wuhan vivió una cuarentena de más de 70 días y desde abril se empezaron a flexibilizar las medidas gradualmente.