¿Por qué las vacas de show son diferentes?

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La respuesta está en sus genes.


Según Bertrand Russel en su libro El Poder; “Las actividades de los animales, con pocas
excepciones, están inspiradas por las necesidades primarias de la supervivencia y de la reproducción y no exceden de lo que exigen imperativamente las necesidades.” Quizás una de esas pocas excepciones son las vacas de exposición, The Show Cows. A lo largo del tiempo en que he criado animales de show me he dado cuenta que definitivamente son animales especiales, trasmiten energías diferentes, tienen ansias de conquista, se preparan sabiendo que competirán, nacen sabiendo que hay algo en ellos diferente y que tienen que demostrarlo.


Las vacas de show simplemente parecieran saber que de una competencia, de un título, de un campeonato dependiera su éxito reproductivo y la replicación de sus genes a través de las generaciones. Como lo define Richard Dawkins en su libro El Gen Egoísta, somos máquinas de supervivencia, vehículos y recipientes que nuestros genes se han construido para continuar existiendo, su preservación es la razón última de nuestra existencia. Es esta teoría la que me ha llevado a pensar que existe la presencia de uno o varios genes en especiales que portan las vacas de show, estos genes las llevan a ser más competitivas, a sentir sensaciones en una pista de juzgamiento, a sentir deseos de ganar y sobresalir, porque saben que de hacerlo tendrán asegurado su paso a la siguiente generación.


Sin el ánimo de convertir este artículo en una lectura muy científica y pesada, aseguro que las vacas de show tienen en sus genes la necesidad de poder, sus sensaciones internas les manifiestan que están en una competencia más que por una cinta, en una competencia por asegurar su descendencia de una manera más agresiva e impactante para sus futuras generaciones. Es por esto que las vacas de show son capaces de trasmitirnos a nosotros los criadores de vacas energías que purifican el alma, que hacen que humano y vaca en una pista se conviertan en uno, ambos conectados, con concentración total, que saben que haciéndolo bien la felicidad y la sensación de satisfacción invadirá sus cuerpos. Ese grupo de genes enviarán con potencia esas sensaciones para hacerles sentir que han hecho un grandioso trabajo.


Futbolistas, boxeadores, atletas olímpicos, deportistas de alto rendimiento, caballos de carreras y de concurso, gallos de pelea y vacas de exposición, comparten similares genes que los y las hacen sentir que ha llegado la hora de la competencia, en donde todos sus sentidos deben estar enfilados y una misma dirección, la victoria a toda costa.


Las vacas de show saben cuándo llegó el momento, se ponen serias, se preparan, se concentran. Con sus diferentes personalidades como estrellas de Hollywood o como estrellas de fútbol, saben que salen a una pista a divertir a las personas, algunas a su modo, unas con más suspenso que otras, unas se ponen nerviosas, otras se vuelven seguras, unas se divierten, las otras lo sufren, pero todas con diferentes maneras en busca del propósito común, ser las estrellas de la tarde.


Pocos podemos sentirlo, definitivamente para hacerlo debe existir una conexión total con el animal, entenderlo, amarlo, saber que ambos han trabajado por lo mismo, y sencillamente son esas sensaciones únicas que erizan la piel, que te hacen llorar de alegría y que sin una sola palabra las vacas te lo digan todo.

Arpidio Andrés Escobar Raigoza
@arpidioescobar
@ganaderiamananatiales

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