Julián Eduardo Cifuentes Gómez aceptó los cargos que le formuló la Fiscalía General de la Nación por la desaparición y el homicidio del sacerdote caldense Darío Valencia Uribe, ocurrido en abril de 2024 en Pereira.
El sacerdote desapareció el 25 de abril después de salir de la iglesia María Auxiliadora con Cifuentes, con quien supuestamente tenía una cita para vender su camioneta. Al día siguiente, las autoridades hallaron el vehículo del religioso en un parqueadero de Viterbo (Caldas) con rastros de sangre y un impacto de bala.

Cifuentes huyó a Francia poco después del crimen y fue detenido en París gracias a una circular roja de Interpol. En esa ciudad, confesó haber disparado cuatro veces contra el sacerdote y entregó las coordenadas del lugar donde dejó el cuerpo, en una zona boscosa de Belalcázar (Caldas).
En noviembre de 2025, Francia autorizó su extradición a Colombia, y Cifuentes fue trasladado al país. Fue recibido por agentes del Gaula de la Policía y quedó bajo custodia de la Fiscalía 4 Especializada de Risaralda, que adelantará su proceso judicial mientras avanza en la investigación del caso.





