Desde 2016 la licorera empezó un proceso de transformación interesante, aplicando unos modelos de trabajo diferentes a lo que se venía haciendo. Al ser una empresa ciento por ciento pública y que pertenece a la Gobernación de Caldas, logró ganar un carácter mucho más técnico, con mayor conocimiento y experiencia, sobre todo en el core del negocio: las áreas de ventas, mercadeo y producción. La organización interna también ha sido un paso importante para generar transparencia, confianza y tener propósitos claros. Por otro lado, la modernización del logo transmite ese sentido de transformación y de nuevos valores.
La implementación de un área de investigación, desarrollo e innovación ha sido clave. Aunque antes contábamos con una dependencia, ésta se fortaleció para poder realizar lanzamientos innovadores basados en investigaciones de mercado y de tendencias del consumidor. Este mercado es muy dinámico y se ve influenciado por las experiencias y las historias que hay detrás de los licores. Empezamos a darle una visión diferente al Aguardiente Amarillo de Manzanares, también nació el producto súper premium Ron Viejo de Caldas León Dormido, y venimos trabajando en nuevos productos.
Venimos trabajando en el fortalecimiento de los mercados internacionales. Hoy en día estamos en 18 países y haciendo investigaciones de los diferentes hábitos de consumo, culturas y tendencias para tener la mejor estrategia. A pesar de la coyuntura global, vemos oportunidades en el mercado, pues estamos creciendo a dos dígitos, lo que nos indica que el compromiso con el país es grande. También le apostamos a la modernización tecnológica de los sistemas de información y de la maquinaria, y a seguir fortaleciendo el gobierno corporativo dentro de la compañía.