Según cifras de la oficina del trabajo, hay 12 casos en los que la historia terminó de manera fatal, es decir con la muerte de trabajadores

Entre $200 y $1.000 millones de pesos podrían perder las empresas si no se cercioran de que sus trabajadores utilicen los elementos de seguridad. Sobre todo cuando hay trabajos en altura y en otras condiciones de riesgo.

“La legislación es muy clara. Cada vez que se realiza una labor hay que identificar el peligro, evaluar el riego y generar los controles”. Así lo explica Rodrigo Velásquez, asesor de gestión de seguridad y salud en el trabajo.

Las cifras que entrega la oficina del trabajo en Risaralda son preocupantes. Demuestran que existe una clara falencia en la cultura de seguridad en el trabajo.

“En lo que va del año llevamos 172 accidentes laborales y 12 mortales”. Sergio Martínez, director territorial del Ministerio del Trabajo en Risaralda explica que cuando hay muertes es porque hay fallas en la seguridad.

El pasado 25 de diciembre de 2020, Cesar Augusto Toro se cayó del techo de un bus mientras lo pintaba.

No tenía los elementos de seguridad y terminó falleciendo producto de las lesiones que le causó la caída.

Su esposa, Paola Andrea Vargas señala que no ha existido apoyo psicológico por parte de la empresa.

Asimismo, Víctor Márquez realizaba oficios varios en una reconocida empresa pereirana. Lo hicieron subir al techo para que limpiara las canaletas y cayó desde 6 metros de altura.

En otro caso, Javier Stiven Castaño, de tan solo 19 años de edad, cayó desde un quinto piso en una obra de construcción.

“Cuando el accidente. Él no tenía un arnés, un casco, no tenía un curso de altura. No entiendo que hacía mi hijo en un quinto piso”. Así relata Luz Amparo Castaño, madres Javier Stiven, lo que pasó con su hijo.

Los tres casos son muy similares, actualmente siguen un proceso de demanda para verificar si hubo falta de controles operacionales en estas empresas.

Desde la oficina del trabajo señalan que la mayoría de los casos de accidentes laborales se producen en el sector de la construcción y los empleados que trabajan de domicilios.

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