La dueña de un restaurante, la de una farmacia y otra de un almacén recibieron la llamada intimidate este fin de semana, en la que hablaban a nombre de Alias Robinson, quien se identificaba como miembro de la guerrilla del ELN.
«En la comunicación exigen a los comerciantes entrega de dinero, armas, botas o chalecos», dijo una de las personas que fue extorsionada, aunque los mismos comerciantes creen que estas amenazas provienen de las cárceles.
Hace un mes los comerciantes de Dosquebradas recibieron las mismas llamadas extorsivas y el GAULA de la policía pudo determinar que las mismas provenían de diferentes centros penitenciarios del país.
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