En la noche del 19 de septiembre de 2025, tres jóvenes desaparecieron tras subir a una camioneta en el partido de La Tablada, provincia de Buenos Aires, Argentina. Cinco días después sus cuerpos fueron hallados en un jardín de una vivienda en Florencio Varela, enterrados y presentando signos de tortura extrema. Las víctimas: Brenda (20), Morena (20) y Lara (15). La investigación apunta a una banda de narcotráfico que habría orquestado el crimen como “ajuste de cuentas”. El país, conmocionado, exige justicia.
Quiénes eran las víctimas
Brenda del Castillo (20 años) y Morena Verri (20 años) eran primas, vivían en el partido de La Matanza y compartían contextos de vulnerabilidad social: jóvenes, sin amplias oportunidades, en barrios populares.
Lara Gutiérrez, de 15 años, era amiga de Brenda y Morena, también residentes del conurbano bonaerense. Según fuentes cercanas a la investigación, la adolescente habría estado involucrada en situaciones de explotación sexual. Los investigadores no descartan que Brenda y Morena también pudieran haber atravesado circunstancias similares de manera ocasional.
El hallazgo y los hechos
Las jóvenes desaparecieron el 19 de septiembre. Las cámaras de seguridad registraron que abordaron una camioneta en La Tablada, cerca de su lugar de residencia.
El 24 de septiembre se localizaron sus cuerpos enterrados en bolsas o en un pozo en una casa de Villa Vatteone, Florencio Varela.
Los informes forenses revelan tortura previa a la muerte, las autoridades sostienen que el crimen fue transmitido en vivo en un grupo privado de redes sociales para “dar el ejemplo”.
¿Cuales fueron las causas del crimen?
Según la investigación, el crimen responde a un ajuste de cuentas vinculado al narcotráfico: una de las víctimas habría robado un cargamento de cocaína a un capo narco identificado como Tony Janzen Valverde Victoriano, alias «Pequeño J».
La banda involucrada tendría conexiones transnacionales, con líderes peruanos, y operaría en villas (sectores) del Gran Buenos Aires y de la Ciudad de Buenos Aires.
Según el ministro de Seguridad bonaerense, el homicidio fue “una estrategia premeditada para dar un mensaje: esto le pasa a quien me roba”.
El minuto a minuto del crimen | Linea de tiempo
6 de septiembre de 2025 — Días antes del crimen
De acuerdo con la investigación, Lara habría mantenido una reunión con el líder narco conocido como “Pequeño J”, jefe de una banda criminal que opera en la zona.
El encuentro —captado por cámaras de seguridad del sector— se habría producido pocos días antes del presunto robo que precedió al triple femicidio.
19 de septiembre de 2025, por la noche
Las jóvenes Lara, Brenda y Morena fueron vistas por última vez en una estación de servicio ubicada en la rotonda de Monseñor Bufano y avenida Crovara, en La Tablada, partido de La Matanza.
Según la investigación, las víctimas habrían sido engañadas con la promesa de asistir a una fiesta, cuando en realidad eran conducidas hacia el entorno de una organización narco. Los investigadores sospechan que el encuentro fue premeditado y que los captores actuaron bajo un plan previamente coordinado.
Mismo día, noche
Las jóvenes subieron engañadas a una camioneta blanca (una Chevrolet Tracker con patente adulterada) con destino a una supuesta “fiesta” en CABA, que en realidad fue una trampa.
Noche del 19 hacia madrugada del 20
El vehículo trasladó a las jóvenes desde La Matanza hacia el sur del conurbano bonaerense (hacia el partido de Florencio Varela), donde se las habría llevado a una vivienda.
Inmediatamente al llegar
En la «casa del horror» en Villa Vatteone (Florencio Varela), las víctimas habrían sido sometidas a torturas y asesinadas. La autopsia indica que Lara murió aproximadamente a las 3 h del sábado 20.
Sábado 20 de septiembre
Familiares denuncian la desaparición de las tres jóvenes tras no tener contacto y se inicia la búsqueda policial.
Entre el 20 y el 23 de septiembre
Se realizan rastreos de cámaras, telefonía móvil y recorridos para identificar la camioneta y el trayecto.
Aproximadamente el miércoles 24 de septiembre
agentes de la DDI de La Matanza allanan la vivienda en Villa Vatteone: hallan tierra removida, manchas de sangre y los cuerpos enterrados de las tres jóvenes.
Posteriormente — se dictan órdenes de captura y van deteniéndose distintos implicados: entre ellos Celeste Magalí González Guerrero (dueña de la casa del crimen), Iara Daniela Ibarra, Maximiliano Andrés Parra, Miguel Ángel Villanueva Silva, y se busca a Pequeño J como autor intelectual.
30 de septiembre
Tony Valverde Victoriano, conocido como Pequeño J, fue capturado en la ciudad de Pucusana, a unos 70 km de Lima, Perú.
Violencia sin precedentes: los hallazgos forenses del triple femicidio
Autopsia de Brenda Loreley del Castillo
Se constató que Brenda fue víctima de múltiples golpes en la cabeza, lo que ocasionó severos traumatismos craneales.
La autopsia indica que fue asesinada aproximadamente entre las 3 y 6 horas del día 20 de septiembre, de acuerdo con las livideces, temperatura corporal y fauna cadavérica
También se le detectaron heridas punzocortantes en el cuello, compatibles con una “golpiza + ataque directo” antes de la muerte.
Se presume que estas lesiones fueron infligidas antes de la muerte, como parte de lo que los peritos califican de “tortura previa al homicidio”.
Autopsia de Morena Verri
Al igual que Brenda y Lara, la autopsia reveló que Morena fue sometida a una fuerte golpiza en el rostro antes del desenlace fatal.
Adicionalmente, los forenses señalan una fractura cervical — es decir, daño al cuello o columna cervical — que fue determinante en su muerte.
Las lesiones y la data cadavérica sitúan el homicidio en el mismo margen temporal que las otras víctimas (entre 90 y 96 horas antes del hallazgo).
Los informes lo describen como “una violencia extrema ejercida sobre la víctima en vida”.
Autopsia de Lara Morena Gutiérrez
En su caso, los resultados forenses muestran que Lara fue víctima de un ataque particularmente brutal: sufrió heridas de arma blanca, y una “hemorragia masiva” que provocó su muerte por shock hipovolémico (pérdida muy grande de sangre).
Además, los peritos señalan que fue torturada antes de morir, en una modalidad similar al de las otras dos víctimas: signos de lesiones múltiples, golpes, y violencia deliberada.
También la data médica coincide con que su muerte se produjo en el mismo marco temporal que las demás (alrededor de la madrugada del 20 de septiembre).
Capturas y órdenes de detención
Las investigaciones por el asesinato de Brenda Loreley del Castillo, Morena Verri y Lara Morena Gutiérrez ya han generado una cadena de detenciones y pedidos de captura que permiten entrever la magnitud de la organización detrás del crimen.
Detenciones efectivas
Se ha confirmado que al menos nueve personas fueron detenidas hasta la fecha en Argentina, todas vinculadas a distintos eslabones de la logística, ejecución u ocultamiento del crimen.
Entre los arrestados figuran:
- Magalí Celeste González Guerrero, propietaria de la vivienda donde fueron hallados los cuerpos, imputada por homicidio calificado.
- Miguel Ángel Villanueva Silva, pareja de González Guerrero, también detenido bajo cargos similares.
- Daniela Ibarra y Maximiliano Andrés Parra, hallados en la vivienda tratando de limpiar rastros de sangre.
- Lázaro Víctor Sotacuro Lázaro, señalado como conductor del vehículo de apoyo utilizado en el traslado de las víctimas, detenido tras fugarse del país.
- Florencia Ibáñez, sobrina de Sotacuro, detenida al salir de un canal de TV, implicada en la maniobra del auto de apoyo.
- Tony Janzen Valverde Victoriano (alias “Pequeño J”), identificado como presunto autor intelectual del triple femicidio, capturado en Lima-Perú.
- Matías Agustín Ozorio, considerado mano derecha de “Pequeño J”, detenido también en Perú.
Órdenes de captura en el extranjero y prófugos
- Se dictaron órdenes de captura internacionales contra al menos tres ciudadanos peruanos: Álex Roger Ydone Castillo, David Gustavo Morales Huamaní (“El Tarta” / “Loco David”) y Manuel David Valverde Rodríguez (tío de “Pequeño J”).
- Estas órdenes surgen de declaraciones de los detenidos que los ubican en roles concretos del crimen (asesinato directo, logística de enterramiento, apoyo externo) y de la confirmación judicial de su vinculación con la red narco.
Justificación de las capturas
Las detenciones no se realizaron de forma aislada, sino como parte de una estrategia investigativa que apuntó a:
- Desarticular la organización criminal que actuó detrás del asesinato: El hallazgo de vínculos entre los detenidos y la banda de “Pequeño J” permitió establecer una conexión narco-criminal como motor del triple crimen.
- Corroborar la premeditación del hecho: Cámaras de seguridad, rastros del vehículo de apoyo, testimonios de “arrepentidos” y maniobras de ocultamiento (pozo, bolsas) evidenciaron que se trató de un plan coordinado.
- Garantizar la extradición y responsabilidad penal: La captura de los implicados en Perú y la emisión de órdenes internacionales buscan asegurar que los autores intelectuales y materiales respondan ante la justicia argentina, evitando que queden impunes.
Justicia y consecuencias: los delitos que enfrenta la banda
La investigación del triple femicidio de Florencio Varela ha derivado en una causa penal múltiple, con acusaciones que combinan homicidios agravados, trata de personas, narcotráfico y asociación ilícita, delitos que, de comprobarse, podrían implicar penas de prisión perpetua para los principales implicados.
Los cargos principales
De acuerdo con la calificación provisoria de la Unidad Funcional de Instrucción N.º 1 de La Matanza y la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX), los delitos que se les imputan a los detenidos incluyen:
- Homicidio triplemente agravado por mediar violencia de género, alevosía y concurso premeditado de dos o más personas.
- Privación ilegítima de la libertad agravada, por el secuestro previo de las víctimas.
- Trata de personas con fines de explotación sexual, hipótesis bajo investigación en el caso de Lara Gutiérrez y de las primas Brenda y Morena.
- Encubrimiento agravado y partícipe necesario para los involucrados en la ocultación de los cuerpos.
- Asociación ilícita y narcotráfico, por su presunta integración a la red criminal encabezada por Tony Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”, actualmente detenido en Perú y a la espera de extradición.
Estas figuras penales son consideradas de máxima gravedad dentro del Código Penal Argentino, y su acumulación convierte la causa en una de las más severas del sistema judicial bonaerense en los últimos años.
Las posibles condenas
Según fuentes judiciales, los autores materiales e intelectuales del crimen podrían enfrentar prisión perpetua sin posibilidad de reducción, dada la multiplicidad de agravantes y la condición de femicidio.
Para los partícipes secundarios y encubridores, las penas podrían oscilar entre 15 y 25 años, dependiendo de la cooperación con la justicia y el grado de participación comprobada.
Además, los implicados con antecedentes o vínculos con organizaciones de narcotráfico podrían ser juzgados también por delitos federales, lo que extendería las condenas y habilitaría su juzgamiento en fueros distintos.
La dimensión social y judicial del caso
Más allá de las responsabilidades penales, el triple crimen de Brenda, Morena y Lara ha provocado una profunda conmoción social y ha reabierto el debate sobre la connivencia entre el narcotráfico y la violencia de género en los márgenes urbanos.
Organizaciones de derechos humanos y colectivos feministas reclaman que el proceso judicial avance con perspectiva de género y enfoque de crimen organizado, para evitar que el caso se reduzca a un hecho aislado.
El desafío para la justicia argentina será no solo condenar a los responsables, sino romper los vínculos estructurales que permitieron que una red criminal operara con tal nivel de impunidad y violencia.