La producción de café en Risaralda atraviesa un momento difícil. Las intensas lluvias que han afectado a gran parte del departamento en las últimas semanas no solo han deteriorado la infraestructura vial y de viviendas, sino que también han causado estragos en los cultivos de café, uno de los principales motores económicos de la región.
Según el Comité de Cafeteros de Risaralda, la ola invernal ha generado pérdidas significativas en la cosecha, lo que se refleja en la caída de las ventas. En comparación con el mismo periodo del año anterior, el panorama es menos alentador.

Pero el clima no es el único factor que preocupa al sector cafetero. A esto se suma el impacto de la devaluación y la volatilidad del mercado global del café, que han afectado los ingresos de los productores.
“La devaluación de la moneda y las condiciones internas del mercado han dificultado aún más la comercialización del grano”, aseguró Jorge Humberto Echeverri Marulanda, director ejecutivo del Comité de Cafeteros de Risaralda.
A pesar de las dificultades, desde el Comité hacen un llamado a la calma. Invitan a los caficultores a mantener la producción, confiando en que el cambio de clima en este segundo semestre permitirá estabilizar los niveles de cosecha y mejorar las ventas.
“El 2024 fue un buen año en términos de recaudo. Si las condiciones mejoran, es posible recuperar el ritmo y mitigar los efectos de esta crisis”, agregó Echeverri Marulanda.
La esperanza del sector cafetero está puesta en la reactivación de la cosecha y en el fortalecimiento de las estrategias comerciales para enfrentar los desafíos del presente año.





