Representantes de víctimas de Risaralda han encendido las alarmas ante el creciente avance del Clan del Golfo en varios municipios de la región. De acuerdo con reportes de inteligencia y denuncias de la comunidad, esta estructura armada ilegal estaría consolidando una nueva ruta de movilidad y operación que atravesaría los municipios de Riosucio (Caldas), Quinchía, Guática, Belén de Umbría y Mistrató.
La situación ha generado especial preocupación por la presunta incursión del grupo en entornos escolares, donde se teme que pueda estar ejerciendo labores de adoctrinamiento, reclutamiento forzado o intimidación. Aunque aún no se ha confirmado oficialmente esta actividad, padres de familia, docentes y líderes comunitarios han alertado sobre la presencia de individuos sospechosos en cercanías de colegios rurales.
Según analistas en temas de conflicto, el interés del Clan del Golfo en esta zona obedece a su valor estratégico como corredor para el narcotráfico. El grupo estaría intentando ampliar su control territorial y disputando espacios con otras estructuras criminales que también operan en el Eje Cafetero.
Organizaciones defensoras de derechos humanos han instado al Gobierno Nacional a fortalecer la presencia institucional en Risaralda y garantizar medidas de protección para las comunidades afectadas. De igual forma, han pedido reforzar la seguridad en los centros educativos rurales y brindar acompañamiento psicosocial en las zonas con mayor riesgo.
