Dos soldados, que estaban de permiso, prestaban sus servicios en la Quinta División del Ejército. Ambos viajaban junto a otras dos personas en un bus de servicio público cuando fueron sorprendidos en la vía a Floridablanca portando las 23 granadas.
Según las investigaciones, los militares habrían sustraído las granadas, de uso institucional y para instrucción, del batallón de combate No 5 Mercedes Ábrego.
Las granadas, según el informe del ejército, no eran letales y son usadas para la capacitación de las unidades.
Los cuatros capturados fueron presentados ante la autoridad competente y dejados con medida privativa domiciliaria mientras avanza la investigación en su contra
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