Del mismo modo que nadie esperaba la propuesta del chupe para las fiestas aniversarias de Pereira, deberíamos preguntarnos si también para la campaña política de las elecciones regionales habrá propuestas y candidatos sorpresa.
Está por verse si tendremos más de lo mismo, o si habrá aspiraciones fuera de lo tradicional como consecuencia de los resultados electorales, además de las históricas primera y segunda vueltas presidenciales, y de la renovación del 50% de la representación política de Risaralda en el Congreso de la República: por el Partido Liberal el senador Juan Pablo Gallo y el representante Aníbal Hoyos; y los representantes a la Cámara, Carolina Giraldo y Alejandro García por el Partido Verde.
Por ahora, a un año de la apertura de las inscripciones (18 de abril de 2023) se conocen tímidas incursiones de aspirantes a alcaldes, concejales, diputados y gobernador de Risaralda. Habrá tiempo para sorpresas, o para el statu quo.
Así, por ejemplo, para alcaldías de Pereira y Dosquebradas, cualquier sorpresa política debe pasar por candidatos ambiciosos (no codiciosos), con propuestas novedosas y viables que vayan más allá del marketing político y de un eslogan efectista, que, aunque necesarios, son cada vez menos efectivos, bien por fatiga del electorado o por falta de liderazgos renovadores y propositivos.
Por lo pronto, el senador Juan Pablo Gallo prendió motores el pasado lunes exponiendo una hoja de ruta legislativa con un ambicioso paquete de proyectos de ley. En entrevista con el programa periodístico Enfoques UnoA de ayer martes, Gallo me aceptó que, esas iniciativas son en clave, la línea programática que su candidato a la alcaldía, cualquiera que sea, debe aprenderse e insertar en sus propuestas de campaña.
En todo caso, Pereira y Dosquebradas requieren candidatos con grandeza y con grandes soluciones en movilidad vial, oportunidades de trabajo e ingresos sostenibles para miles de familias que pasan necesidades básicas, y en general, de garantizar la calidad de vida de la gente, en desarrollo social, calidad del entorno ambiental y del aire que respiramos, entre otros pendientes.
Y para Gobernación, igual, porque las brechas sociales de Pereira en la Cuba profunda y la Villa Santana ignota, son tan grandes y socialmente tan agobiantes como ese doloroso 20% de habitantes de Mistrató y Pueblo Rico que, según el Dane, “vive” en condiciones de miseria. Vale decir que todos estamos en este chupe político generador de inequidades y violencias.
Lo del chupe político lo digo en serio. Esta coyuntura requiere de nuestra clase dirigente el mismo interés que muestra a la hora de criticar la rumba y el chupe. Lo esencial no es visible a los ojos, ni al hígado.