Activistas y defensores de los derechos humanos mostraron su indignación, luego que los policías esposaran el cadáver

La brutalidad policial en Estados Unidos abrió un nuevo capítulo del debate racial. Jayland Walker tenía 25 años y sólo cometió un delito; pasarse un control de tránsito. La policía de Akron lo persiguió por varios minutos, primero en vehículo y luego a pie. Al no poder detenerlo, ocho oficiales abrieron fuego durante nueve segundos. Sencillamente lo acribillaron. Dispararon unas 90 veces. El joven recibió al menos 60 balazos.

Este lunes 4 de julio, durante la ceremonia del Día de la Independencia, centenas de personas salieron a manifestar por el cruel asesinato. La policía hizo público el video de la persecución y de la fatal escena. Al parecer, los involucrados están suspendidos administrativamente mientras avanza la investigación.

La escena dejó servida la mesa para la discusión racial en Estados Unidos justo después de la reaparición en medios de comunicación de Kyle Rittenhouse. En agosto de 2020, durante las manifestaciones de Kenosha y tras la muerte de George Floyd, el joven blanco disparó un fusil de asalto AR15. Mató a dos manifestantes e hirió a un tercero.

Las diferencias entre los dos casos tomaron fuerza en redes sociales. Jayland Walker no estaba armado, Kyle Rittenhouse sí. El primero sólo se saltó un control de tránsito, el segundo portaba un arma de manera ilegal y mató a dos personas. Walker fue acribillado, Rittenhouse fue absuelto de todos los cargos y declarado no culpable. El joven afroamericano recibió 60 balazos; mientras, durante la captura del joven blanco no hubo exceso de la fuerza policial.

Activistas y defensores de los derechos humanos mostraron su indignación luego que el cuerpo de Walker apareciera esposado. El joven de 25 años era un conductor. Aunque, presuntamente hallaron un arma en el asiento trasero de su vehículo, la ciudadanía condena la brutalidad con la que actuaron los agentes policiales.

La comunidad afroamericana ha venido denunciando la activación de grupos radicales de blancos. Entre ellos, el Frente Patriota, que presuntamente tendría integrantes y simpatizantes dentro de la policía, medios de comunicación, y hasta jueces y fiscales.

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