El suceso ocurrió el 26 de mayo en el condado de Orange, Florida, Estados Unidos. Este martes entregaron resultado de la investigación
La Policía narró con detalles como ocurrieron los hechos. Cuando llegaron a la vivienda de Reggie Mabry y Marie Ayala, el hombre estaba tendido sobre el suelo y agonizaba por la herida.
Los oficiales creyeron que se trataba de un suicidio, pero uno de los tres niños que convivían en la casa dijo que “su hermanito le disparó a papi”.
Jhon Mina, sheriff del Condado, dijo que tanto el padre como la madre tenían antecedentes criminales por desatención de menores y posesión de drogas. Además, estaban violando la libertad condicional porque no podían portar armas.
Según el informe, el menor de dos años tomó el arma y ninguno de sus padres se dio cuenta. Era una Glock semiautomática calibre 9 milímetros. El niño le disparó a su papá en el pecho y la herida fue mortal.
En la misma vivienda había tres infantes, el menor de seis meses, el de dos años y el de cinco. La policía intentó reanimar a la víctima, pero llegó al hospital sin signos vitales.
“Ahora estos niños perdieron a sus dos padres; uno está muerto y su madre en la cárcel. Además, el de dos años tendrá que vivir sabiendo que le disparó a su padre”, afirmó el sheriff.
La mamá de los niños fue arrestada y acusada de homicidio involuntario por negligencia culposa. De ser declarada culpables pasaría 15 años en prisión.