La víctima vivía en Villa Santana, una comuna de Pereira, Colombia. El 31 de enero de 2021 viajó al país norteamericano con una promesa de trabajo
La pesadilla de la joven colombiana duró cinco días. Su prima la llevó a México para supuestamente trabajar en un almacén de ropa, pero la realidad era otra. Entre tanto horror, a la joven la obligaron a tener relaciones sexuales hasta con 10 hombres en un solo día.
La necesidad económica, empujada por la pandemia de la covid-19, llevó a la joven de Villa Santana a terminar explotada sexualmente en otro país, lejos de su familia. La tortura comenzaba a las 8:00 de la mañana y terminaba a las 10:00 de la noche.
Encerrada. Sin derecho a salir. Vivía constantemente el terror de las amenazas. Casi el guión de una película adaptada a la realidad. Una experiencia que nadie quiere vivir en carne propia.
Su propia prima fue el enlace para terminar en un burdel en México. Ana María Morales, la presunta explotadora, le dijo que solo necesitaba el pasaporte y vacunarse contra la pandemia. La proxeneta además le aseguró que ella misma le pagaría el pasaje.
Así comenzó el viaje que la llevó directo a un burdel. La idea era conseguir mejores condiciones de vida. Al menos así aparentaba su prima en las fotos que publicaba en sus diferentes redes sociales. Nueva ropa, paseos, diversión.
Al llegar a México lo primero que hicieron fue quitarle el pasaporte. Luego a un establecimiento sin derecho a exigir ni a elegir. Afortunadamente, se le presentó la oportunidad de escapar.
La joven aprovechó que tenía una cita médica y huyó. No hay detalles de cómo lo hizo, pero regresó a Colombia. Así, el caso fue conocido por las autoridades y en las últimas horas Ana María fue enviada a la cárcel.
La mujer es la presunta responsable de llevar a su prima a México para explotarla sexualmente con fines comerciales, aunque durante la audiencia no aceptó los cargos. Incluso, investigan si más jóvenes del mismo sector habrían recibido la misma propuesta.
La presunta proxeneta fue capturada en el aeropuerto internacional El Dorado, de Bogotá, cuando regresaba de México. La Fiscalía imputó los delitos de trata de personas, inducción a la prostitución y constreñimiento a la prostitución, pero no aceptó ningún cargo.