En la Asamblea Departamental de Risaralda se realizó la sesión solemne para celebrar los 55 años de vida administrativa del departamento, un territorio joven, lleno de cultura cafetera, arte y gente pujante. La conmemoración incluyó música andina
interpretada por una artista local, una exposición de cafés especiales de campesinos risaraldenses y la condecoración a uno de los médicos más importantes del departamento.
La corporación, su mesa directiva, liderada por la presidenta Paola Andrea Nieto Londoño, y los Diputados del departamento, resaltaron durante la sesión, lo majestuoso del territorio y sobre todo el compromiso y vocación de su gente. Durante el acto protocolario se condecoró con la “ORDEN CÍVICA GONZALO VALLEJO RESTREPO”, al médico Álvaro Ardila Otero, especialista en
medicina crítica y cuidados intensivos del Hospital Universitario San Jorge, esta exaltación resalta el compromiso, entrega y vocación con el departamento de Risaralda y sus habitantes.
El médico Ardila Otero “es pionero de la creación de las unidades de cuidado intensivo de Pereira en Hospital Universitario San Jorge y otras entidades de salud, también contribuyó con el desarrollo de metodologías de investigación en trauma y violencia inducida o no por el hombre, que permitió a las autoridades la toma de decisiones tales como: uso obligatorio del casco de los motociclistas, uso obligatorio del cinturón de seguridad, desarrollo de programas de convivencia pacífica y civilidad, y otros avances significativos en materia de salud en el departamento”.
Dentro de la sesión solemne se disfrutó de la presentación de la gran artista local, Mayra Sofía Henao, interprete de música Andina Colombiana, quien con su hermosa y joven voz engalanó el acto protocolario, no solo interpretando los himnos nacional y departamental, también con bambucos que hacen alusión a Risaralda y su mágica belleza.
Por su parte, la exposición de cafés especiales estuvo a cargo de la emprendedora Fernanda Chapman, quien, con su espíritu cafetero, la pasión por el fruto insignia de la región y el amor a los campesinos risaraldenses, llenó de aroma y sabor del mejor café del territorio cada rincón del recinto.