El campesino y padre de familia denunció el reclutamiento de menores por parte de grupos de combate irregulares en el país.
Desde Caquetá a Dosquebradas partió una familia desplazada. El campesino, junto con su esposa y sus hijos, tuvieron que abandonar su hogar en la ruralidad ante las presuntas amenazas de la guerrilla del ELN.
«Quiero mandarle un informe al Estado de que la guerra que se aproxima es dura. A nosotros los campesinos que elaboramos la comida para la gente del pueblo, no nos quieren dejar trabajar», afirmó la persona desplazada, cuyo nombre no fue revelado por motivos de seguridad.
La grave denuncia del campesino radicó en el reclutamiento de menores para integrar las fuerzas ilegales. Le habrían pedido un hijo para integrar las riendas de la guerrilla.
«En el caso mío tengo tres hijos varones, y como no quise regalar uno, me quitaron todo: papeles, celulares, cédula. Me dijeron que fuera al campamento para entregarme los documentos a cambio del hijo», denunció.
Al día siguiente, tuvo que coger su maleta y abandonar sus tierras y su hogar ante las amenazas. Quería seguir trabajando y quedarse allí, pero asegura que no hay garantías para ello.
En palabras del campesino, «nosotros estamos siendo menospreciados por las empresas, por las administraciones y por muchos funcionarios del Estado, que no nos paran bolas».
También afirmó que hacen presencia el Cartel de Sinaloa y organizaciones ilegales extranjeras en el país. «Lógicamente a los hijos que nos quitan van a parar allá».
Por el momento, la familia campesina espera garantías para poder regresar a su vivienda.
Foto: Colprensa