El médico responsable de hacer el triage en la Clínica Comfamiliar de Pereira la noche del lunes 5 de marzo, hizo que al menos una de las pacientes atendidas por él descubriera que había algo mucho más doloroso que todos los males que la llevaron a consultar por urgencias: la falta de compasión por parte de un profesional de salud.
Según la afectada, su drama inició a las 8:35 p.m después de ingresar por la puerta de urgencias. Un doctor fue el encargado de escuchar las dolencias de la paciente “un fuerte dolor, ardor, entumecimiento e hinchazón de los miembros inferiores el cual ya lleva más de 5 días en los cuales he tratado el dolor con diferentes medios físicos en casa sin encontrar una mejora” expresó ella en un documento que posteriormente envió al correo electrónico autorizado para quejas y reclamos.
Ella también indicó que sus antecedentes de salud venían desde el 2013 tiempo durante el cual ha experimentado episodios de trombos profundos venosos en tres ocasiones y un tromboembolismo pulmonar. Para su sorpresa el profesional encargado del triage desestimó toda la información recibida y determinó que ella tenía signos vitales buenos y que debía consultar por cita prioritaria al día siguiente.
“me sentí profundamente humillada porque no estableció un protocolo médico distinto al diagnóstico “a ojo” … jamás consulté porque mis signos vitales estuvieran alterados le volví a expresar mi fuerte dolor de piernas él ni siquiera tuvo la delicadeza de hacerme un examen físico revisar mis piernas para verificar el estado de las mismas” expresó la mujer de 30 años.
Regresar a casa con los mismos dolores que la han atormentado desde la semana pasada no la preocupa tanto como saber el riesgo al que se expone por no cumplir a cabalidad las recomendaciones recibidas por el hematólogo y el médico internista que la han tratado “si presento signos de alarma debo consultar por urgencias por mis antecedentes. Para qué consulto si un médico de triage me dice que no es una urgencia ¿tiene algún sentido esto?” relató en su queja.
Aterrorizada por la situación, la paciente buscó un coordinador o auditor médico que pudiera mediar en su situación, pero no encontró ningún funcionario que revistiera autoridad sobre el médico de triage en horas de la noche. “De manera inmediata al salir del consultorio de triage me dirigí al personal administrativo de admisiones para que me indicaran con quien podía hablar para que me atendieran siendo la jefe de turno quien me escuchó atentamente muy amable sin embargo me manifestó que ella no tenía voz y mando para desautorizar al médico de triage para que me atendiera, su respuesta fue que si me sentía mal en el trascurso de la noche volviera.” Relató la mujer.
Para el responsable del triage no representó ningún signo de alarma saber que la agobiada usuaria ya había estado 3 veces en cuidados intensivos por la misma razón de consulta que la llevó ese día a urgencias.
Aunque el médico en cuestión hizo que una paciente, en Comfamiliar Risaralda, se sintiera “profundamente humillada”, sus prácticas no representan en ninguna medida el tipo de atención que habitualmente reciben los niños y adultos que llegan diariamente a la importante clínica pereirana.
Saber que tendría que esperar al menos 8 horas para ir a hacer una larga fila en la carrera 5 con calle 22 de Pereira para clamar por una cita prioritaria obligó a la paciente a buscar algún remedio casero que le ayudara a menguar un poco el “fuerte dolor, ardor, entumecimiento e hinchazón” de sus piernas; fue así como terminó con sus pies dentro de una cubeta de agua caliente con sal.
Al día siguiente la paciente acudió a solicitar la mencionada cita prioritaria y no fue posible que le asignaran una, como sus dolencias no daban tregua volvió a urgencias de la clínica, esta vez la persona que realizó el triage dio vía libre para que le controlaran el dolor. Inicialmente le suministraron «Dipirona y Tramadol». Ya le fue ordenada una cita con el hematólogo que tendrá lugar el próximo 17 de abril.